Esto fue recibido recién hoy mismo. 1ro de septiembre de 2012.
Hace tres días me llamas a escribir pero nada habías dictado. Habla Señor que tu siervo escucha.
+ Hablaré corto y conciso Cruz. La Eucaristía, como bien sabes es don mío a la humanidad, es mi precencia misma. Cuando te pedí que me recibieras de rodillas, y te pedí que lo hablaras con el Sacerdote en virtud de dejar saber mi querer al respecto no implicaba una imposición, nada que se imponga supondrá acto propio. Distinta es la Gracia que recibida sin mérito mueve al hombre a mayor Gracia. Quien sabe que estoy Yo en la Eucaristía, quien sabe que yo mismo Soy la Eucaristía, ese tal se pondrá de rodillas en acto de humildad, de amor y de adoración. Sin embargo, aquel que por razones de salud no pueda hacerlo bien le basta una reverencia. Pero quien cree que porque la Iglesia lo permite, me recibe en las manos sin más, y que con eso no comete sacrilegio está equivocado. Pero no me mal entiendan los que leen, quiero que tengan acceso a mi, que me toquen, que me sientan pero desde la sacramentalidad misma que supone la Eucaristía y no desde la comodidad humana. Algunos creen que es más santa y devota la acción de recibirme en las manos por el hecho de tener un contacto directo conmigo, pero entiendan que solo las manos consagradas por un sucesor mío pueden tocarme sin que eso suponga un mancha a lo sagrado. No es menosprecio Cruz es un signo real de la Santidad a la que están todos llamados. ¿O es que alguno podrá encontrar desorden en el orden? Todo lo sagrado y establecido por Mi tiene un propósito que no puede ser cambiado solo por la comodidad de algunos. ¡No se dejen engañar! Queda en mi paz.
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