domingo, 11 de marzo de 2012

¿Hasta cuándo?

El 9 de mayo de 2008 Jesús me dictó esta Locución en la cual expresa claramente que quien lea las mismas debe asumir que se le habla directamente. Lo dijo muy molesto por la incredulidad de algunos respecto a éstas. Veamos.



+Cruz, te pido que escribas y atiende bien, todo lo que se desprende en este momento de mis labios tiene un propósito que entenderás luego. No descartes nada, no cambies nada, escribe tal como lo digo. Se que nada cambias de mis dichos pero en ocasiones temes escribir lo que entiendes y buscas palabras más acordes según tu entendimiento. No hagas eso en esta ocasión, pues mis palabras son duras con un propósito determinado.

Noto en tu voz una seriedad que no había notado antes, ¿estás molesto conmigo?

+Me molesta la humanidad Cruz, me molesta su indiferencia, me molesta tanta incredulidad. Vamos, que si os hablo con suavidad por medio de este mi instrumento, les gusta y hasta imaginan los angelitos y los sonidos celestiales, más si con fuerza me expreso en relación a Cruz, si le dejo ver cosas que le humillen, si le permito escribir mis adulaciones, entonces pensáis que necesita ayuda. El pobre podría estar loco. ¿Qué os pasa? ¿No se dan cuenta que es en esa su imperfecta humanidad que se refleja la perfección divina? Nunca he pedido que crean en Cruz, sino que crean que lo que Cruz recibe viene de mí. Nada de él, todo de mí. Recuerdo haberos dicho que no confíen en el enviado sino en el que envía. Creer tiene sus parámetros. Creer no es solo tener fe, pues yo puedo creer en vosotros y eso no quiere decir que tengo fe en vosotros. La fe es mucho más profunda que creer. Crean en Cruz por lo que dice, por lo que vive, por lo que padece, pero tengan fe solo en Dios. Es muy molesto hijos que cuestionen la procedencia de las locuciones, pues lo que realmente cuestionen es a Aquel que las envía. Yo puedo hoy decidir no usar más a Cruz para esto, y dejaros desprovistos de estas noticias que discernidas contienen mensajes importantes en estos últimos días. Puedo decidir llevar este mensaje a otros y no a vosotros. Pero no lo haré porque los amo y deseo que se unan a mí en gracia y verdad. Más la incredulidad os corrompe. Siempre han sido así. Cuando hablé en este mundo y enseñé la Doctrina no pedí que se escribiera nada, pero hubo la necesidad de hacerlo por el bien de los que no estaban allí cuando hablé. Entonces se escribió a favor de vosotros. Pero aun así no creen, no comprenden y aluden al hombre las palabras que fueron inspiradas, hacen lo mismo con Cruz y así han hecho con todos los enviados de mi Padre, Yo incluido. ¿Hasta cuándo? Y pregunto conociendo la respuesta, teman vosotros de esa respuesta y acójanse a mi Santo Nombre y a mi Preciosísima Sangre pues será severa la justicia con esta generación llena de incredulidades. ¿Qué pensaban? ¿Vosotros pensasteis que me quedaría tranquilo luego de ver sus pensamientos? Vosotros leen y al no comprender lo que permito a este hombre vivir, hacen mofa de su fe. ¡No se justifiquen! Pues he visto lo que han pensado. Pero es así que debía ser, ¿cómo sería un apóstol del sufrimiento, sino sufriendo? Pero, lean y disciernan, esto es para vosotros, cada uno es una Cruz de Luz en sí mismo y su mofa se les devuelve. ¿No se han dado cuenta? Entended esto pues Yo lo he venido diciendo harto tiempo ya. Lo que está contenido en estos escritos supone en quien lo lee un convertirse en la Cruz. Este mensaje es para todos los que de vosotros leen en los mismos y tratan de imaginar que no es a vos a quien hablo. Se auto engañan si así pensáis. ¿Qué no entienden que lo que dicto a Cruz supone una auto evaluación de todo el que lee?
Es a ti a quien me dirijo, a ti, entiéndelo. Hablo con vos. Tú que estás leyendo ahora. ¿Pensad que Cruz es especial, por lo que vive, por lo que digo? ¡Pero si es a vos a quien me dirijo! Tú eres el especial, Yo te amo. ¿Hasta cuándo te he de esperar? Estoy aquí hijo, hija, te espero. No dudéis más acercaros, aproximaros a mi corazón glorioso y el vuestro será traspasado. No juzguéis en sus adentros sobre los escritos, no dudéis que Yo pueda hablar a quien quiero y cuando quiero. Cuando el maligno intenta proponer en el corazón de Cruz engaños y desviaciones Yo lo repruebo, y si bien permito esos desvíos siempre arreglo los caminos aun los torcidos, así que no penséis que alguno de estos escritos no provenga de la Trinidad, pues si así lo entendéis, se equivocáis. Yo soy, quien dicta a Cruz estas palabras. Y las dicto para vosotros porque no dejo de pensar en vosotros y quiero que vosotros nunca dejéis de pensar en mí. ¿He de seguir esperando o finalmente será esta generación la que promulgue el cambio? Esta en vosotros hacerlo. Hablan de la fe sin conocerla, les presento la fe.
La fe es una de mis hijas predilectas, no cuestiona, no juzga, no discrimina, no es aduladora, no miente nunca, siempre confía. Es tal como la sabiduría, es tal como la pobreza, es tal como la humildad y en todas ellas se manifiesta como una virtud. La fe es la más importante de las virtudes siendo inherente a la caridad y a la esperanza. Pero quien no la conoce la confunde con el creer, y el creer es muy tímido, es tonto, se deja engañar, no tiene autoridad virtuosa. Es tal como el querer y el amar. Todos quieren, pero no todos aman. ¿Hasta cuándo se dejaran engañar por el querer y el creer? Yo les muestro la fe y el amor y vosotros se limitan a creer y querer. ¿Hasta cuándo?

Señor, te pido perdón, yo soy el primero que duda, te pido perdón también por ellos. No tomes esto en cuenta Jesús mío, somos imperfectos e incrédulos y ciertamente indiferentes. Más Señor Jesús, sabes bien que vemos de manera velada los frutos del Espíritu. No podemos entender estas cosas Jesús mío. Tu que eres paciente y misericordioso, Señor, te pido que nos perdones. Yo no soy merecedor de tus gracias, y si es tu menester que no vuelva a recibir las locuciones lo entenderé. De hecho sabes que te lo he pedido precisamente por no poder entender. Soy un recipiente quebrado Señor y tu Gracia se escapa por las grietas de mí ser, y no puedo servirte como lo merece tu Majestad. Perdóname.

+Cruz, porque eres una vasija rota es que te uso. Porque eres un ser imperfecto es que te escogí, porque ya se había predestinado. Pero Yo hice un pacto con la humanidad y contigo, y tú aceptaste de buena gana. No te retractes, se perseverante, tienes mi perdón. Yo comprendo tus flaquezas mi bien, Yo mismo las he vivido. No creas que estas palabras supongan un juicio sino un proceso de conversión, el Juicio, créelo, será distinto y si bien será más severo por justo también lo será por misericordioso.
Entended pues que mi pregunta, “¿hasta cuándo?” quiere de vosotros un compromiso, quiere de vosotros una entrega, quiere de vosotros una completa adhesión a mi Palabra. Quiero de vosotros que podáis vivir de conformidad a mis designios, aquellos contenidos en el Evangelio. No debéis creer ni en Cruz ni en las locuciones para salvarse, pero jamás dejad de tener fe en Aquel que las dicta, pues ahí sí les va la salvación. Seáis santos, procurad la perfección y no seáis incrédulos sino creyentes. Quedad en mi paz.

Amén.

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