Hoy recibi un pequeño mensaje que me perturbó, pero solo lo publicaré cuando sea propicio cronologicamente, o sea al finalizar las locusiones que aun faltan por publicarse. No obstante, aquello que me dijo hoy tiene mucha relación con esto que me dijo el 2 de diciembre de 2008. Veamos.
Señor Jesús, estaba orando cuando me llamaste a escribir, y temía…no sabía si continuar orando o si interrumpir la oración para escribir…perdona mis dudas y perdona también tantas flaquezas.
+Cruz, ¿no es la oración un diálogo con Dios? Yo soy tu Dios entonces no interrumpes sino que das continuidad. Te llamo mi bien, no por tus flaquezas sino por la anchura de tu fe.
¿Cuál anchura mi Señor? Sabes que he fallado mucho en estas últimas semanas.
+Yo veo a eternidad mi bien, yo veo a futuro, yo veo el plano completo de tu existencia. Tus flaquezas serán tus grandes fortalezas porque aquello que llamas flaqueza verdaderamente será signo de unidad.
No puedo entenderlo. ¿Cómo podría ser signo de unidad no poder ir a Misa?
+Tus Misas las has cumplido todas, recuerda que estas unido a la Pasión y en ella vibra tu propio existir. Cumples con tu familia y qué mejor Misa que esa. Veo que has llorado por no recibirme en la Eucaristía, me recibes Cruz, me recibes. Aun no entiendes del todo lo que el misticismo supone en tu vida pero en la medida que se sigan cumpliendo los signos, en esa medida lo vas a entender. La Eucaristía en un mismo y único Sacrificio, Misterio, Acto de Dios que has vivido muchas veces en tu vida. Tu propio cuerpo, del que tanto te quejas, se hace Eucaristía en cada ocasión que te sacrificas por mantenerte unido a los tuyos. Vendrás Cruz, vendrás a la Eucaristía porque es tu fuente vital, es tu aliciente, es tu conducto de santidad. Pero ya eres Eucaristía en ti mismo y aunque pienses que esto puede ser errado, ya te lo he dicho antes, debes ir develando para ser rechazado todo lo que te he dicho en la privacidad de tu alma. Tú eres Eucaristía.
Jesús, mi Rey, mi Señor, permíteme no tener que escribir esto. Permite que no tenga que enviar esto a los demás. Yo soy solo un franciscano pecador que procura orar mucho, pero no puedo ser Eucaristía mi Dios, no me digas eso. Yo nada soy para ser siquiera comparado con una migaja de pan y Tú me llamas Eucaristía. Te ruego Señor que no me dejes escribir esto.
+¿Crees que hay blasfemia en ello? ¿Crees que es errado decir esta verdad? Más que humildad mi bien, se oculta un ataque del maligno en tus pensamientos. Todo bautizado está llamado a ser Eucaristía, a ser Santo, a ser hijo de Dios. ¿Cómo tu sufrimiento podría ser corredentor si no te haces Eucaristía? Unión hijo mío, unidad. La Eucaristía supone unidad, comunión de Dios con los hombres y de hecho de los hombres conmigo. ¿No te había dicho que en cada Eucaristía cuando me consumes Soy Yo quien te consume? Pues eso hijito, consumido tu ser por el Ser te haces uno con el Ser. Si Yo Soy Eucaristía y tú eres el Cristo entonces tú eres Eucaristía.
Yo soy un cristo pero no el Cristo. Tú insistes en llamarme así y me confundo. Ahora me llamas Eucaristía. Yo solo soy un pecador que te da la espalda en cada ocasión que mi imperfecta humanidad lo desea. Y digo como San Pablo; hago lo que aborrezco y no hago lo que quiero. ¿Cómo podría ser yo el Cristo? ¿Cómo podría ser yo Eucaristía?
+Nada de confusiones, llénate de mi paz. El Bautismo mi bien hace esas maravillas en los hombres. Solo algunos se percatan de ello. Pablo era el Cristo luego de Cristo como fue Pedro. Cada uno en su estilo y cada uno, unido a mí. Pedro desde la primicia, Pablo desde la predicación. Francisco también fue el Cristo, y tú lo eres aunque no lo quieras reconocer, aunque pienses que esto debe ser un equivoco, aunque creas que con tu conducta deberías ser un réprobo. Tú eres el Cristo, para eso has nacido y en ti habrá unidad como has comprobado. Se unen la Pasión y la Cruz por mi sangre, se unen la madera de la Cruz con las pequeñas flores del desierto. Una de esas flores ya lo ha notado, y tú te resistes.
Me resisto mi Señor porque pienso en lo que se le vendrá a mis hijos, a mi esposa, a mi familia. Yo podría soportarlo todo pero ellos serán recipientes de burlas y menosprecios, de desaires y comentarios. Y me siento en cierto modo culpable y hasta responsable de lo que les pasaría si yo acepto totalmente lo que me has venido diciendo. Mis hijos no merecen que en la crueldad de la ignorancia sean llamados hijos de un loco. Ellos me ven como su héroe, su ejemplo, su apoyo. Aunque yo pueda hablarles con tu paz y tu ternura, la incomprensión de la gente sin fe será devastadora para ellos. No creo que sea capaz de hacerles eso.
+¿Dudas de mi poder Cruz? ¿Dudas de la misericordia, de la caridad, de la mansedumbre del Cordero? Todo está previsto en el cielo Cruz. Las cosas se irán dando de modo que nadie menosprecie a tu familia, al menos no de modo devastador. Rechazo lo habrá ciertamente pero eso en ellos será edificador pues precisamente por verte como ejemplo podrán ver en ti como lidiar con el asunto. Te repito Cruz que en ti habrá unidad, no desunión. Por consiguiente todos los intentos del maligno serán nulos frente a la Gracia que fortalecida en ti en cada Sacramento, en cada Eucaristía, hará de esos intentos bálsamo santificador. Ya se acerca el momento, ¿estás dispuesto? No te obligaré a nada, que sea tu disposición la que te guíe. Sería fácil renunciar a todo, pero ten en cuenta que es el maligno quien quiere que renuncies. Te dará miles de excusas que al juicio de los hombres serán acertadas, pero lo que has de hacer no viene de los hombres. Te dirá que es muy grande la responsabilidad y que no podrás hacerlo, pero la grandeza está precisamente en tu pequeñez. Te cuestionará que habiendo tantos santos en la Iglesia, por qué Yo escogería a un pecador como tú. Y la respuesta es sencilla, porque en tu imperfección podrá verse la perfección del Dios Trino. Todo se te ha anticipado mi bien. El tiempo está aquí. Has sido llamado, y has respondido. Eres la señal para el mundo.
¿Cómo se compagina esto con la duración de mi vida terrena? Lo que he de hacer, sin yo planificarlo ni pensarlo será hecho pronto según me has dicho, pero también me has dicho que tendré una larga vida terrena. No lo entiendo.
+Cada capítulo de un libro tiene un comienzo, un punto culminante y una conclusión. Más no es el final hasta leído todo el libro con sus capítulos. Juan leyó ese libro, y no le fue concedido escribir el final sino consumirlo. Pasó por sus papilas gustativas dulcemente, pero fue amargo a su estomago. Juan vivió hace 2,000 años y vio el final. ¿Crees que hay algo imposible para Dios? Tu vivirás largos años pero serás la señal muy pronto, una cosa no impide la otra.
Señor, ¿será que seré la señal sin darme cuenta siquiera que lo soy?
+Es muy difícil de entender para los hombres lo que la grandeza de lo Alto puede hacer. Pero no les será difícil de comprender que lo que el mundo está haciendo no es de mi agrado. Ya vez que se han suscitado señales, catástrofes y portentos que van dando indicios de lo que se avecina. Es necesaria la unidad de todos para entender como hago las cosas. Una sola fe, una sola Iglesia, un solo redil, un solo Pastor, una sola Señal. Entienda el que pueda. Tú debes propiciar la unidad, que cada bautizado busque la unidad, pero que esa búsqueda no sea vista como imposición sino como exposición. Otras cosas se dirán y no todas vendrán por este medio. Mi Madre habla y hablará, Ella les llevará a Mí. Tú solo mantente en Gracia y vive la santa alegría. Queda en mi paz.
Amen.
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