Esta locusión del 26 de octubre de 2007 tiene tantos simbolismos y aparentes contradicciones que se necesita leer más de una vez para poder captar algo de lo que Jesús expresa en ella.
Señor, a pesar de que siento que algo debes decirme, o que algo quiero que me digas, no se qué escribir, no se que preguntar, no se como comenzar. No obstante, me pides escribir y las imágenes en mi cabeza no las puedo poner en palabras, solo quedan aquella del follaje de un árbol y el cielo hermosamente azul entre éste, y la otra del hombre delgado luchando contra una especie de… no se si demonio como anaranjado muy obeso pero sin forma humana. ¿Qué me quieres decir con esto Señor?
+Cruz las imágenes son la expresión de tu intelecto a lo que no comprendes, pero llegado el momento comprenderás. ¿Sabes mi bien? La forma hablada de la comunicación es solo una de las miles formas que existen para comunicar cosas, y no necesariamente es la más perfecta. Si así fuera ya comprenderían lo que he dicho, entenderían palabras como las que dije cuando comuniqué que había venido a traer fuego y división y no paz, entenderían por qué no se contrastan cuando digo “mi paz a ustedes”, entenderían el por qué mi cuerpo se hace pan, y que comiendo pan comen mi carne, entenderían por qué el vino que les doy les embriaga sin ser bebida necesariamente, entenderían por qué la alegría verdadera está en reconocer la grandeza del sufrimiento, entenderían el por qué de las contradicciones aparentes en mis palabras. Tú entenderías por qué vives lo que vives, entenderías que eres el Cristo, entenderías por qué mi Padre escogió para ti el camino de la Cruz. Podrías hablar a las naciones desde ya de lo que se te ha encomendado desde antes del tiempo, podrías poner en blanco y negro todo eso que tu corazón entiende pero tu intelecto desconoce. Pero no es así, las palabras son realmente un estorbo al mensaje, no lo puedes exponer como te lo explico cuando no hablamos, como bien rezan los cartelitos que hiciste; ¿sabes que te los dicté Yo verdad? Es en el silencio del alma y en la voluntad del espíritu que mi Espíritu se une al tuyo en uno solo, absorbido tu espíritu que en esencia es Mío, y unificados en la grandeza de la divinidad de mi Padre y Padre tuyo. Cuando es la ira, la soberbia, la intransigencia, la intolerancia la que gobierna tu ser, expresas lo que no quieres expresar dejando relegada la caridad. Es muy humano hacer eso, pero ustedes están llamados a la divinidad, dejen pues lo humano para vestirse de gloria, como vez en esa imagen que recién llegó a tu mente, donde me vez despojándome de la túnica, yo me despojé de la túnica del saber divino para vestir la túnica del comprender humano desde el silencio del alma que se obtiene en la oración, y haciéndolo así te entrego mi túnica y vestida la tuya yo me humanizo para divinizarte. Por ello no entienden aun que la Gracia siendo gratuita se gana con las obras, y seguirán discutiendo eso los hombres hasta que Yo vuelva, en vez de hacer como los sencillos; vivir la Gracia y no tratar de entenderla. ¿Qué es la Gracia Cruz? Es el don de mi propia esencia, es la túnica que me quité para darla a vosotros, es un regalo que solo merecen en mi entrega y por mi amor a ustedes. Pero bien dices que siendo inmerecida la merecen, porque quien no obra para el bien, o es indiferente u obra para el mal. Yo les doy mi túnica para que vestidos de mi Gracia merezcan la santidad, pero si no están dispuestos a vestirla, la túnica quedará ahí en el suelo, esperando que la vistan. La disposición Cruz querido, son las obras que realizan por el solo hecho de ver la túnica en el suelo, ese obrar que en tu visión se refleja como el esfuerzo de recogerla y vestirla, te gana que la túnica te ciña bien al cuerpo, no dejando espacios para el pecado. Pero las palabras que se han dicho por siglos ya explicando esto, solo lo estropean más pues como has visto se puede malinterpretar como una exclusión innecesaria. Todos son llamados a la santidad hijo Mío, todos. Lamentablemente solo algunos desean vestir mi túnica con todo lo que supone. ¡Ah! Cruz y te prometo que no solo te ciñe sino que es muy cómoda, solo debes acostumbrarte a ella, para que los trazos de las heridas causadas por la flagelación no te incomoden en la espalda y las manchas de sangre no te causen picazón. ¿Vez como al parecer hay contradicción en mis dichos cuando se ponen en palabras? El alma ve con mayor claridad que el intelecto, por ello mi Madre siempre actúa desde el corazón, y ¡qué mucho se asemeja el tuyo al de Ella! Debes proceder con las corazonadas mi bien, sin pensar en ello, sin temor a equivocarte, sin temor a las consecuencias. Porque no son consecuencias de tu amor las vicisitudes en el mundo que te rodea sino la falta de amor en los que las acarrean.
Señor, yo que pensé que solo dirías algunas cosas. Esto que me dices es abrumador.
+Abrumador Cruz es el desprecio de los hombres, ¿sabes cuantas veces mi túnica queda en el suelo? Tal como la dejé en la tumba, acomodada en una esquina del corazón de los hombres que es de piedra, como de piedra era la tumba. Si su corazón fuera de carne, todos habrían vestido la túnica de la Gracia, y ya reinarían conmigo en la Patria Celestial. Pero aun tienen la Misericordia como recurso, no dejen pasar esta oportunidad que es la final, no habrá otra. Cuando te muestres al mundo como la señal establecida en Fátima, poco faltará para el fin. Quien no haya vestido la túnica y rechazado la Misericordia no podrá entrar conmigo a la morada que les está preparada en la Casa de mi Padre. ¡Oh Cruz, y cuantas moradas quedarán vacías!
Algo podrá hacerse mi Señor para que no queden vacías las moradas del cielo. ¿No es así?
+Todo se ha hecho y solo queda el último respiro de este mundo para agraciarse de una morada celestial. Como estudias en teología mi bien, las moradas son la Gracia suficiente, para todos gratis. Pero solo la vivirán los que paguen la hipoteca que se logra con las obras de las gracias actuales. Bien está establecido desde siempre que los justos nada merecen de su merecimiento, pues todo viene por la Gracia, pero la libertad se sujeta a ella como el dolor a los latigazos, entienda el que pueda.
Señor, ya veo que las palabras al parecer se contradicen, pues lo gratis no debe pagar un gravamen, sin embargo dices que debe pagarse con obras.
+Así es Cruz, pagas lo que es gratis, y lo haces por amor. ¿No pagas con creces el amor que tus hijos de tan gratis? Pues del mismo modo la Gracia que es solo merecida por mi Pasión, se paga con el mismo merecimiento que se obtuvo; amor. Yo por amor les gané la Salvación, vosotros por amor reciben esa ganancia y pagan con amor ese merecimiento, entonces merecen de igual modo que yo les obtuve la Justificación, merecen por amor. Es que siempre ha sido el amor mi pequeño Apóstol del Sufrimiento, siempre ha sido y será el amor. Es el amor lo que el alma comprende y el intelecto solo transforma en palabras con ideas inconclusas. Es el amor Cruz el que les gana las gracias y el que les permite merecerlas. Siempre ha sido el amor. Llamémosle gracias, virtudes, méritos, entrega, perdón, caridad, misericordia; sigue siendo amor. Todo se reduce a él y todo es de él que proviene. Por ello la divinidad que se hace una en mi Padre, en el Espíritu y en Mí mismo se conoce como Amor. Ese es el nombre de la Trinidad; Amor, y un amor que en ustedes se viste de divinidad con el Bautismo y que les ciñe al alma como la túnica al cuerpo. Entienda el que pueda. Ya se acerca el momento Cruz de que vistas mi túnica con toda la autoridad del cielo y de la tierra. Queda en mi paz.
Amén, mi Señor, amén.
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