En esta Locusión del 15 de noviembre de 2007 Jesús da un mandamiento nuevo a la humanodad que en nada supone una revelación distinta a la pública. Veamos.
¡Hermoso tu nombre Señor! Hermosos los milagros que por tu Santo Nombre se han logrado. Acabo de leer ese librito que habla de las maravillas del Santo Nombre. Imagino que por ello me pides que llame esta Locución con tu Nombre.
+Cruz, ya sabes que me agrada que uses mi Nombre cuando te refieres a Mi, lo había dicho antes. No Soy solo una voz, Soy tu Señor. ¡Yo Soy Jesús! Y tú eres conmigo. Esa es la manera más eficaz de orar, de rechazar lo malo, de recibir lo bueno; repetir mi Nombre, y en Mi Nombre pedir al Padre, lo que el Padre quiere daros. El Padre espera con ansias vuestras peticiones en Mi Nombre, pidan pues hijos, pidan en Mi Nombre y nada que sea consecuente con la Voluntad Trinitaria quedará sin ser atendido. Esa es la Gracia por excelencia mí bien, Yo soy la Gracia misma y me doy a vosotros por entero. Nombrad al Rey de reyes en cada situación difícil con la certeza de ser escuchados, nombradme en cada situación cotidiana para que me ofrezca por amor otra vez y una sola vez, pedid en Mi Nombre en cada necesidad y Yo os daré mi consuelo.
Jesús, noto que usas palabras más del castellano esta vez. ¿Tiene eso algún significado? Lo pregunto porque antes no te expresabas así conmigo y en las más recientes locuciones veo como se está haciendo más frecuente el uso de este tipo de vocablo.
+Cruz, eres buen observador. Hablo para todas las generaciones y lo hago así para que nadie dude que vengan de la Realeza estas palabras. Pero palabras en sí, que como te dije antes pueden desvirtuar el mensaje, pero nunca se desvirtúa nada en la confiada repetición del Nombre del Hijo, repitan en todo ocasión mi Nombre tal como hacía el pequeño de Asís, que aun aquí en mi presencia lo sigue repitiendo.Las dudas que sigues teniendo de tantas cosas quedarán aclaradas Cruz en tanto repitas fervorosamente Mi Nombre, aquellos que equivocan su tránsito encontrarán el camino al escuchar Mi Nombre. Quien de vosotros se sienta con tristeza, con amargura, con dudas, con sinsabores, con enajenación; que llene su alma de la Gracia que viene de la Gracia solamente por decir; Jesús, Jesús, Jesús. Son tantos los favores que mi Padre os dará, no habrá demonio que se resista y por mayor resistencia que ostente, quedará de rodillas ante Mi Santo Nombre. Mi Padre le doblegará por el Poder del Santo Nombre. Poder que proviene del Dios Trinitario, por ello es el Nombre sobre todo nombre. Doblegadas todas las cosas ante este Mi Nombre ya no será repetido más y me verán tal cual Soy. Vencida la muerte, y acaecida mi venida, no necesitarán más imploración, más petición, más oración ni más fe, pues el Jesús de la Encarnación ya les habrá divinizado, el Jesús de la Pasión ya les habrá redimido y el Jesús de la Eucaristía ya les habrá consumido. Y unidos a Mí gozarán de la glorificación de sus cuerpos en la presencia eterna de mi Padre. Y ya no será Jesús sino el Hijo, y ya no será la Cruz sino el hijo en el Hijo. Y allí, aquellos que os antecedieron os verán y os reconocerán y vosotros unidos a ellos serán uno solo en la Divina Trinidad, donde mi Madre seguirá siendo la Reina del Cielo y la Madre del Hijo en la Todopoderosa Trinidad. ¿Quién de vosotros osará no repetir el Nombre del Hijo ya sabidas estas cosas? Sería muy tonto quien así obrara, pues toda la Eternidad les está en juego. Todo enmarcado en el amor, tal como es la Cruz el marco de la Pasión, entienda el que pueda.Por ser la vida eterna una intrínseca Trinidad, es menester decir tres veces Mi Nombre, como tres veces la contrición, como tres veces la santidad. Santo, Santo, Santo es el Señor repiten constantemente los querubines, haced igual vosotros y del mismo modo repetid mi Santo Nombre para que les alcancen las gracias que les conducirán a una santidad inequívoca por mis méritos. Haced esto en memoria Mía les dije, y ahora les mando a haced esto otro para su santidad. Y va mi mandato por vía de la Cruz, como por medio de ella vieron la Redención. Este es mi enviado y me complace su entrega, el tiempo de la siega está aquí. No lo hagáis por miedo sino por santo temor y obediencia. Ya ven que sus ángeles custodios también gozan del amor infinito de la Trinidad y se ensalzan sus virtudes cada vez que vosotros decís Jesús, Jesús, Jesús. ¿No creen que sea un doble premio? Vosotros y sus custodios recibís la misma bonanza en distintos beneficios por decir mi Santo Nombre. Hacedlo pues que mi amor se desbordo por vosotros y a veces sus infidelidades hacen dolorosa mi Pasión más por la tibieza que por la flaqueza.
¡Qué hermosa manera tienes mi Señor Jesús, de reprendernos! Pero te pido en nombre de todo el que lea que nos des la fortaleza necesaria para no seguir fallando en el servicio, que nos des la fe necesaria para cambiar la tibieza por ardor de amor por ti, que nos des las gracias que necesitamos para en este camino que nos muestras no desfallecer. ¡Fortalécenos Señor!
+Cruz repitan Mi Santo nombre con frecuencia y obtendrán lo que pides. ¡Ah mi bien si supieras cuantas Gracias están disponibles para ustedes! Queda en mi paz.
Amén.
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