viernes, 24 de febrero de 2012

Coloquio con Jesús

El 13 de noviembre de 2006, algo interesante pasó. Estando en mi oficina el Señor Jesús me pidió hablar con Él como si lo hiciera con un amigo, que le dijera mis pesares, mis cosas, como si lo hiciera con alguien que no conoce mi vida mejor que yo. Se dio un evento extraordinario que luego me fue confirmado. Mientras hablaba con Jesús tuve que salir más de una vez, pero Él me aseguró que nunca salí de la oficina. Luego de terminar hablé con un compañero de trabajo y éste me aseguró que le extrañó que no hubiera salido ni a almorzar. También me profetiza el embarazo de una personita que me pidió oración al respecto. En octubre de 2007 nació su hijo. A continuación esa conversación.



Señor, hace tanto tiempo esperaba tener esta conversación contigo, así sin nada especial que comunicar. Solo hablar contigo así como dos grandes amigos.

+Siempre hablo contigo así hermanito, solo que no siempre te das cuenta. Pero te prometí este coloquio y quiero tenerlo. Por tanto no hables conmigo como si yo lo supiera todo, habla conmigo como lo haces con un amigo. ¿Estás dispuesto?

Si.

+Bien, dime entonces ¿Cómo estás? ¿Qué te preocupa?

Pues este dolor constante, estas molestias me han puesto algo malhumorado, desearía que no fuera así. No por el dolor sino por mi estado de ánimo. ¿Sabes? Hay veces que quisiera huir de todo, alejarme por un tiempo y pensar, meditar y reflexionar sobre todo lo que me pasa. Otras veces quisiera poder pasar un tiempo sin pensar, sin sentir nada. No me refiero a no sentirte a ti sino…imagino que comprendes a que me refiero. Es duro esto.

+Claro que te entiendo, Yo pasé por lo mismo, pero siempre fue para mí un aliciente la oración, me apartaba por horas de mis más allegados para estar un ratito solo con mi Padre. Se que no te es posible tal alejamiento por ahora, tus hijos pequeños, tu esposa no comprende totalmente lo que vives, las responsabilidades, y un largo etc. Pero mira mi bien, ten la certeza de que Yo no te abandono, siempre estoy contigo y precisamente en esos momentos de ansiedad es cuando más cercano estoy de ti.

Si lo sé y no tengo como agradecértelo toda mi vida de servicio sería muy poca, casi ínfima para pagar la deuda que tengo contigo.

+Tu amor me basta. Pues es tu amor el que te ha llevado a mi.

Eres tan gentil, eres la gentileza misma, insisto que mi amor no es suficiente para abarcarte, pero aquí estoy dispuesto a todo. Aun con mis debilidades que se hacen patente en mi flaco servicio.

+¡Ah, pero no es flaco tu servicio! Eres un hombre de un corazón enorme, ya te había dicho que se parece al de mi Madre. Aun no has conocido todo lo que puede tu amor. Mira te lo muestro (Aparecen ante mi un sinfín de almas, no se sé quienes son, pero Jesús me hace ver que a todas las ha salvado Él por intercesión mía)

¿Cómo es esto posible mi Señor? Precisamente pensaba preguntarte sobre los que me has dado y por los que no conozco, por todos aquellos ante los que me siento responsable, la carga es muy pesada mi Señor. Y tú me muestras todas estas almas…¿Cómo Señor? Mi oración no es tan poderosa, no entiendo. Yo no me siento como intercesor. Yo no he tocado todas esas almas, muchas ni siquiera se quienes son. ¿No es un engaño de mi ego esto Señor?

+Cruz, si los egocentristas tuvieran un amor como el tuyo ya no habría guerras, ni disputas, ni desacuerdos. No es tu ego, siempre has dejado de ser tuyo para ser de otros. ¿No es de eso que te quejas? Quieres apartarte precisamente porque no has podido respirar un momento en ti mismo y haces bien. Si buscaras en ti mismo ya no serías cristiano. Cierto es que dentro de ti estoy Yo, pero solo porque tú lo permites abriendo tu corazón a mi. En ti, todo lo bueno es mío Cruz. No puede haber grandes egos en quien se fía de las hazañas de otros. ¿De qué te podrás gloriar? Responde por favor y verás en tu respuesta la clave, ¿de qué puedes gloriarte?

¿De mi fe?

+ ¿Me lo preguntas o lo afirmas?

Me glorío de mi fe.

+Bien, entonces las obras no son tuyas, ¿cómo puede haber ego en eso? Estas almas se han salvado gracias a ti y ellas lo saben y te tienen en gran estima. Pero sabes que no es por ti sino por mí. ¿Entiendes la diferencia?

Jesús de mi corazón, para serte honesto no, es confuso. Si se salvaron gracias a mí, pero es por ti, ¿cómo entonces dices que me tienen gran estima? ¿No es a ti a quien deberían agradecer? Yo qué mérito tengo, ninguno. Jesús tú eres el merecedor de toda estima y agradecimiento.

+Cruz la diferencia es patente, solo Yo les he ganado la salvación, pero tus oraciones por todos les ayudaron a comprenderlo. De ese modo la estima es por tu amor a Mi no por que les hayas salvado. No obstante, agradecen que hayas intercedido aun sin saberlo por ellos y por todos, muchos faltan aun. También falta mucho para tu propia salvación que ya tienes ganada. Pero no hablemos de eso y sigamos una conversación menos espiritual y más humana. Aunque la espiritualidad es inherente a la humanidad. Por cierto quiero preguntarte desde el punto de vista humano y no divino; ¿Cómo estás con estas nuevas visiones de mi Pasión?

Me extraña tu pregunta.

+Cruz quiero oírlo de tus labios.

Acabas de escucharlo, se lo expliqué a ese hermano. No tengo palabras, me es tan desagradable ver lo que te hicieron. Es muy fuerte. Reparaba con él en el hecho de que la película sobre tu Pasión no se acerca siquiera a la realidad. Ya entiendo porque solo me lo muestras así, en pedacitos, no podría sostenerme si lo viera completo, pienso que perdería la razón. Te amo demasiado como para poder soportar ver como sufriste. No sé como explicarlo. Bueno, ¿recuerdas como me puse cuando hicieron aquella prueba a mi hijo, cuando era bebé? Casi me desmayo, la impotencia me domina. Lo más…como diría, lo más triste es saber que no lo he visto todo y que debo pasar por eso para comprender todo lo que estoy pasando. Te pido mucha fortaleza para poder verlo todo. Realmente aquellos santos y santas que han tenido acceso a tu Pasión debieron haber sufrido mucho al verse impotentes ante tu dolor. Por otro lado no entiendo como sin poder soportar ver dolor en otros puedo soportar dolor en mi mismo. Lo que siento podría debilitar a otros y lo digo sin pizca de vanagloria. Sin embargo, lo soporto y hasta vivo sin que los demás vean que estoy adolorido. Pero verte sufrir a ti es algo insoportable para mí. Yo quisiera mi Señor que ya parara, pero sigo viéndolo una y otra vez en mi mente, casi no lo soporto. Sé que no parará, sé que solo con la restauración del mundo tu Pasión dejará de ser, pero de verdad mi Jesús, quisiera que ya parara.

+Ya te había dicho que sufrirías mucho, como sé que puedes soportar el dolor propio y que no es necesario que veas el sufrimiento de los tuyos porque me lo has pedido desde el alma, te permito sufrir viendo mi sufrimiento. Mira, se que te aturde y hasta piensas que es un tipo de morbo, pero en realidad es una edificación espiritual lo que estás pasando en tu vida. Es necesario que así sea y lo comprenderás luego. Ya vez que siguen almas descarriadas viendo en ti una salida, ellas llegan a ti porque te miran y ven en tus ojos mi sufrimiento, se dibuja en tu mirada un amor tal que es semejante al de mi Madre, ven en ti la salvación porque ven en ti al Hijo. Incluso los que no te ven y solo te leen, aunque no estén de acuerdo necesariamente contigo, leen entre palabras mis Palabras, no hay manera que lo ocultes ya Cruz, cada vez eres menos tú y más Yo. Llegará el momento en que ya no habrá coloquio sino soliloquio nadie podrá diferenciar entre tus palabras y las mías, ni siquiera tú mismo.

Ah mi Jesús, pienso que sería más fácil así, aunque tal vez me encierren en un centro psiquiátrico. De todos modos no tendría tantas dudas, no fallaría tanto y tendría la certeza que a la postre se hará tu voluntad en mi. Pero mientras el hacha va y viene descansa el árbol decían acá en el campo, lo que supone que mientras eso pasa, yo sigo en la espera. Pero es que es tan duro, mira por ejemplo a pesar de que almas vienen a mí como Tú describes de manera tan hermosa, también llueven las tentaciones y me cuesta Señor, me cuesta porque no desprecio la belleza, y me cuesta porque amo a mi esposa, y me cuesta porque la situación económica es apremiante y me cuesta por tantas otras cosas. He vencido hasta ahora siempre contigo, solo no podría, pero… ¡qué duro es Jesús mío y que mucho cuesta!

+Tú estas pagando el precio, cuesta pero la Salvación no es gratis como pudieran pensar algunos, se paga con el esfuerzo del descanso del árbol, pero finalmente el hacha lo tira al suelo y lo convierte en barca, en arca o en cruz. Por cualquiera de esas vías se paga la Salvación, la barca pues lleva en sí los ocupantes de la vida misma en un peregrinar lleno de tormentas y zozobras pero al final; siempre llega a puerto seguro. El arca lleva en su interior tesoros preciosos que no importa cuan degradados o apreciados estén siempre son agradecidos por el destinatario, Yo soy el destinatario. La Cruz, ese eres tu, es la de mayor dificultad porque carga sobre sí el peso del pecado, hace suyos los azotes de Aquel que con titubeos, mareos y desdichas ajenas carga, pero su recompensa es grande porque sobre ella se derrama la Sangre del Cordero y ante ella se arrodilla toda criatura pues es el marco en el que está clavado el Nombre sobre todo Nombre, es a su vez el estandarte del cristiano. Tú eres la Cruz y pagas un gran precio, no desfallezcas pues sabes que exigiré más de ti que de otros pues a ti mucho se te ha concedido.

¡Jesús, Jesús, aparta de mí este cáliz! Si mi Rey, uso tus palabras pues es mucho lo que me das y poco lo que hago a cambio. No pasaré la prueba cuando sean equilibradas las cosas. Mucho me has dado y yo tan poco que he devuelto.

+Cruz ya viste las almas, y verás aun más cosas que se han atado en el cielo por ti. ¿Quieres realmente retirarte? Yo podría concedértelo si es tu deseo, pero con la advertencia que será más difícil el camino para un paladín hecho comodín.

No, mi Señor, sabes que cumpliré tu Voluntad. Solo necesito un descanso de tanto sufrir, un pequeño respiro, una bocanada de aire para seguir cargando mi cruz. Ya te lo he pedido Señor y confío que concederás lo que sea consecuente con mi salvación. Sabes de qué hablo, perdona que rompa mi promesa de hablarte como si no supieras, pero imagino que entiendes por qué lo hago.

+ Si, lo sé es el espíritu franciscano que se antepone al cursillista, pero debes entender Cruz que tanto el cursillista como el franciscano son un mismo y único ser, no hagas diferencia dentro de ti. Eres Cruz, la Cruz de Luz antes de ser cursillista y mucho antes que pensaras ser franciscano eras la Cruz de mi Pasión, eres mi Apóstol de Sufrimiento mucho antes de pensar siquiera ser místico. Esas son grandes riquezas Cruz. Se que eres pobre tanto de espíritu como en la escasez eso no cambiará pero no te afectará tener lo que dispongo para ti, pues siempre serás un Administrador eficaz de mi bienes.

No sé como ha de ser eso, pero agradezco tu bondad y confío en Ti hasta mi muerte. Tú todo me lo das y yo siempre pido más. Perdona mi insaciabilidad.

+No hay gula en ti, mi bien. Solo debilidad humana.

Señor, no sé como pedirte esto, pero ¿podrías permitir que esa personita?... Bueno son muchas personitas en la misma situación, pero Tú sabrás como resolverles en la medida de tu voluntad y la fe de ellas. No obstante, en esta persona concreta que pienso y que me has dado mensajes para ella. ¿Podrías decirme la fecha exacta en que quedará en gestación?

+Ya te dije. Será a partir de aquel instante un año.

¿O sea que equivoqué el mensaje? Le dije que durante un año, en cualquier momento.

+Así es. No equivocaste el mensaje, eso fue lo que dije.

Pero…

+ A ver Cruz, sabes otras cosas que te dije al respecto y que te instruí no escribirle. Entonces, ¿cuál es la duda? Hasta que aquello que hablamos no se cumpla, y se cumplirá en ese término, ella no quedara en espera de una vida. Pero mucho has logrado con ella en las pocas palabras que le has cursado. Ya pronto Cruz, ya pronto.

Ah. Ok comprendo entonces.

Otra cosa, ya más calmado. Estas cosas que me instruyes a no escribir, me refiero… cómo te digo... ¿Por qué me permites hacer alusión a ellas si no puedo escribirlas? ¿No podría esto sembrar dudas?

+Si. La siembra, de hecho así es que debe ser. Recuerda que debes ser rechazado.

¿Falta mucho aun verdad?

+Falta el tiempo preciso, pero el tiempo ya está aquí. Es confuso lo sé, pero explicártelo sería más confuso aun. Por más que se esfuercen no podrán entender el no tiempo de la eternidad, y el todo tiempo al unísono. Es por ello que llevas escribiendo horas, no te has dado cuenta, pero la conversación es solo de unos minutos.

¿¡Ah!?

+Si así es, mira el reloj, comenzaste a escribir a las 10:30 de la mañana y son las 4:16 p.m. a pesar que fuiste a almorzar, hablaste con tu compañero, fuiste al colegio, llevaste a tu hijo a tu casa, hablaste con tu esposa, y luego de llegar otra vez aquí le hablaste por teléfono  nuevamente. Todo eso ha pasado y no te has dado cuenta, mientras hablamos tú y Yo. Eso es un ejemplo de eternidad. Eso sin contar que hiciste una inspección de un traslado de documentos inactivados para su destrucción, llamaste para el certificado de matrimonio con relación al seguro, hiciste una carta y el acta de destrucción de documentos, le sacaste copia, la enviaste por correo. Todo a un mismo tiempo.

¡Me quedo sin palabras!

+Eso mi bien se llama ubicuidad.

¿Qué me estas diciendo? ¿No he salido de la oficina?

+No.

Me juegas una broma, yo recuerdo haber salido, recuerdo haber minimizado la pantalla donde escribía, recuerdo haber llevado la carta a la oficina de Secretaría y entregarla a la encargada de correspondencia, recuerdo haber ido al colegio y a casa.

+No saliste Cruz, pero sí estuviste en esos lugares.

¡Esto si que es nuevo! ¡No puedo creerlo!

+¿Dudas de mi?

No, no es eso es que…no puedo entender…

+Cruz no has dejado de escribir desde que comenzaste a hablar conmigo. Te lo aseguro.

Yo, yo…no sé que decir…

+Ya hablaremos en otra oportunidad, pero te confirmarán que estuviste aquí todo el tiempo.

Gracias por tu tiempo Jesús mío, pero ahora estoy más confuso…

+Queda en mi paz.

Amén.

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