Jesús me expresa en esta Locusión del 27 de septiembre de 2006 que ya todo está dispuesto. Pero aquí quiero aclarar que Jesús no habla del fin del mundo cuando dice que todo está al punto. Él se refiere al inicio de lo profetizado. Todo lo que ha de ocurrir para su Segunda Venida. Esto puede ocurrir dentro de 500 años, o dentro de 50, no lo se pero está todo al punto para que se inicie, primero el Aviso, luego el Milagro y finalmente la Señal que supondrán un cambio en toda la humanidad. Luego de todo esto se sucitará su Segunda Venida.
Señor Jesús, pensaba leer lo anterior para saber que quieres decirme o al menos tener una idea, pero preferí no hacerlo, por temor a la sugestión de la que tanto me advierte P. Miguel.
+Cruz entiendo tu preocupación, pero atiende aquello que escuchaste hoy, ¿qué más corroboración quieres? Si, se que quisieras que todo fuera más sencillo y sin dudas de parte de nadie especialmente tuyas. Pero no es así que lo quiero. ¿Cómo fortalecer tu fe entonces? Si, así como al bebé se le dan los alimentos licuados y a medida de su crecimiento los va tomando más sólidos, así mismo tú en la medida de tu fe comprenderás y vivirás mayores experiencias espirituales. Mucho te falta aun para igualarte a los grandes, y en verdad te digo que serás más grande que ellos.
¿Los grandes Señor?
+Piensas que esto está en contra de la humildad, no mi bien. Los grandes lo son precisamente por ella, pues es grande el que se humilla. En efecto aun te faltan humillaciones por vivir. Yo siempre estaré contigo y no te dejaré solo. No obstante, has de pasar por ello para que la coraza de la fe que te cubre pueda protegerte de las inclinaciones al mal. No, no te justifiques, no te estoy pidiendo justificaciones, y si lo hiciera, ¿podrías justificarte ante Mí? Claro que no, yo veo tu corazón y conozco tu alma mejor que tú. Para ello dejé la Reconciliación y a pesar de tus faltas estás reconciliado, ¿cómo no he de perdonarte hijo de mi alma? Antes de esa pregunta Cruz, deja que te explique. La coraza de la que hablo, tu fe, te ha protegido de casi todo, pero aun faltándote formación, falta fe. Yo te doy esa fe conforme a creces en espiritualidad, una cosa lleva a la otra. La fe te protege hasta que vuelva. Por ello he dicho en más de una ocasión que la fe ya no será cuando este con ustedes. Es como un impermeable que necesitas bajo la lluvia, mientras esté lloviendo lo debes llevar puesto para evitar mojarte, si llueve mucho te mojarás siempre algo, pero si te vas protegiendo con botas y sombrillas, la lluvia no te afecta. Pero una vez cesa la lluvia y sale el Sol, ya no necesitas el impermeable. La fe es igual, debes pretecharte en ella para protegerte de los efectos dañinos para tu alma de las insidias del enemigo. Pero cuando Yo esté con ustedes, ¿qué enemigo les hará frente? Comprendes esto hijo mío, y te repito lo de hijo mío para que puedas justificar la pregunta.
¡Qué bien me conoces Señor! Lo pregunto con el mayor de los respetos tomando en cuenta lo que he analizado del caso de aquella alma y los errores teologales hallados en sus escritos. ¿Puedes ser tú al mismo tiempo el Padre y el Hijo? Me refiero a que si son la misma persona.
+No
¿Señor? ¿No me dirás nada más?
+Nada más necesitas saber. Tú conoces que la respuesta es negativa y también sabes que hablo a todos, pero a ella nada le he dicho de eso que se alega he dicho.
¿No hablas con aquella alma?
+Ya te dije que hablo a todos en todo momento, pero si lo que quieres saber es si la visito como a ti y a otros la respuesta es no. No indagues nada más, solo te diré que mucho de lo que le hablo lo capta en su esencia pero otras cosas solo las inventa su intelecto. Sé que ves mi respuesta ambigua, pero la realidad es que no visito a todos, pero si hablo con todos. Nada más debes saber de mis labios, pero tu corazón ya sabe lo que deseas saber.
Sigo confuso y con deseo de preguntar, pero obedezco tus deseos mi Señor.
+Cruz, ya sabrás más cuando sea necesario para tu salvación. Saber o no sobre otros en nada ayuda a tu misión ni a tu salvación. No obstante, a los que te he dado debes seguir guiándoles como hasta ahora. Ya vez como todo está al punto, uno va entendiendo su camino, otra se hace en Mí una rosa en el desierto que como has indagado encorva sus ramas luego de florecer para dejarse llevar por los vientos del desierto de su vida y al tocar o dejarse tocar por las aguas de mi Espíritu, reabre y sus frutos se hacen ver y la semilla se esparce, tal como en Jericó. Las columnas recientes, que también te di van de mi mano y todo conforme a mis deseos. Tus testigos en vías de santidad, y tu confesor cada día más santo. ¿Qué más quieres hijito? Ya sabes que eres el hijo en el Hijo y tu saber se expandirá al mundo, y todos verán en la Cruz la señal esperada. Ahh, tu hermano, esa es tu preocupación ¿no es así?
Si mi Rey y Señor, me preocupa su condición de salud, si tu quisieras curarle.
+¿Crees que no quiero? Cruz muchas cosas no comprendes de los designios divinos, pero comprenderás todo cuando lo veas entrar a Mi Iglesia. El estará en la santidad de mis designios como todo aquel que en Mí se confíe. Tú solo espera y sirve, lo demás déjalo en mis manos. Quisieras ver glorificado a mi Padre con su sanación, lo sé. Pero también prefieres su sanación por tu amor por él. No te defraudaré hermano mío, no te defraudaré, pero se hará mi Voluntad en conformidad con la del Padre, no la tuya.
¡Gracias mi Señor! Jesús…
+Si, Cruz, sé lo que quieres preguntar, y sabes que no hay respuesta aun para eso, no a los demás solo a ti, y no puedes divulgar nada aunque nada sabes. Solo el Padre lo sabe y Yo en su Gloria unido al Espíritu Santo. Muchos pretenden ver en esto la destrucción de la Iglesia pero mi Madre y tuya también María, no lo permitirá porque fue instruida por el Padre a evitarlo. Tranquilo el maligno nada podrá contra Ella. La Ciudad de Dios vencerá y en esa victoria está el futuro de la humanidad. La Señal evitará grandes matanzas y desgracias que el hombre se provoca a sí mismo. Ya todo está al punto Cruz.
Señor, no entiendo.
+Si, lo sé. Calma ya todo está dispuesto, todo está al punto. Ve en paz mí bien, ve en paz.
Amén!
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