martes, 28 de febrero de 2012

Confíen en el que envía, no en lo enviado.

Aquí Jesús hace un planteamiento determinante sobre estas locusiones; nadie está obligado a creerlas. Pero del mismo modo alude la necesidad de creer que quien las envía es Él, el Dios uno y Trino. Esto fue recibido el 11 de enero de 2007.



Señor, me agrada que me pidas que escriba, no sabía como tomar aquello de; “no te hablaré más en locuciones”. No obstante, Assiel me ha estado avisando sin hablar por tres días, y esta mañana ha sido muy fuerte la ansiedad que siempre siento cuando te acercas. Gracias Jesús, gracias porque me das aun sin yo saber que recibo, gracias.

+Cruz, dije que no recibirías mensajes de este tipo y de hecho lo he venido diciendo bastante tiempo atrás, pero lo que propongo no es quedarme en silencio sino provocar más confianza en Mí y no en los escritos. ¿Por qué confían en las palabras y no en Aquel que las promulga? ¿No supone esto una contradicción? Lo que dije te lo repito en este sentido, no confíen solo en las locuciones pues no hablo solo por ellas, eso no implica que no te hablaré más sino que no será una necesidad en ti, no tendrás que estar en la expectativa, no tienes que formular ideas sobre como será la próxima, pues ¿qué son las palabras? Solo aquellas que Yo promulgué con luz y vida deben estar siempre presentes en sus corazones, éstas son solo una comunicación que parte de mi Amor, la Salvación no está en estas palabras, son libres de creerlas o no. Es a ti como mi mensajero que deben creer, pues a ti te es dado por mi Padre el poder de ser mi precursor, pero esa creencia no debe bajo ningún concepto estar adornada de veneración y menos de adoración, la fe puesta solo en Mi como Dios Trino, en Mi como el Hijo, en Mi como el Padre, en Mi como el Espíritu Santo, cada uno por separado pero unidos en una misma divinidad. Si a Mi me adoran, adoran tanto al Padre como al Espíritu que nos une. A ti solo creencia en el sentido de ser portador de la Verdad, pues nada viene de ti sino de Mí. No sea que te vean como todos esos falsos profetas que proliferan en la tierra, de tu país son algunos, viven en la opulencia o en comunas, se autodenominan Jesús en la Tierra o profetas de mi vicario, solo un Profeta, solo un Vicario y solo un Jesús, pero tú, el Cristo. Entienda el que pueda.

Señor, perdona mi pregunta que no parte de la incredulidad sino de la confusión. ¿Cómo puedo ser el cristo o sea el mensajero, si mis propias situaciones temporales no las puedo resolver?

+ Solo Yo puedo Cruz, solo Yo. Ampárate en entera confianza sigue tu servicio, sigue tu vida misma en virtud del Evangelio y Yo resuelvo tus problemas temporales. Confía plenamente, todo se resolverá. Toma el sufrimiento con agrado pero sin apegos, cada situación tiene una razón de ser, todo ha sido calculado previamente en la Eternidad de mi Padre. Deja que Yo actúe, deja que el Espíritu fluya, confía.

Lo entiendo Señor, pero sabes mi desespero, conoces el de mi esposa, has visto como sufrimos por todo esto. La misma desesperación me coarta, quiero confiar y confío…

+Cruz, se que quieres confiar, pero no lo haces. Confía, todo será como te lo he dicho, calma Yo siempre proveo.

Esto sirve también para los que lean, la confianza no puede ser a medias, se confía o no. ¿En qué confiar? En las palabras contenidas en la Doctrina de mi Santa y pecadora Iglesia ¿ves dónde la santidad y dónde el pecado? Sobre la soledad, sobre la enfermedad, sobre la muerte, sobre la pobreza, sobre las riquezas, sobre la amistad, sobre los demonios, sobre los ángeles, sobre la fraternidad, sobre la Salvación y sobre muchas otras cosas ya me he pronunciado. Hace un año que te hablo así Cruz, y si buscan mis mensajes anteriores te darás cuenta que te he dicho que nada nuevo ha de decirse para la Salvación, todo lo necesario está escrito. Lo que te he pedido escribir es un compendio de la Escritura, busquen y se darán cuenta. Todo enmarcado en los últimos tiempos, en la Señal, en las misiones de cada quien. Dejen que sea mi Madre quien se manifieste ahora, pues es su tiempo otorgado por mi Padre para prevenir a esta generación de lo venidero. Tú ya lo sabes, ¿y qué te he dicho de eso?

Que no puedo decirlo Señor, que solo podré avisar un día antes, pero no me has dicho la fecha.

+Y no la sabrás aun Cruz. Esperen y sirvan, pero no en espera de la Señal sino en espera de que mi Voluntad se ha de cumplir, sirvan no esperando el fin sino en la esperanza del nuevo comienzo. Todo lo demás debe pasar a segundo plano. No esperen mensajes, esperen mi advenimiento, no esperen locuciones, esperen las señales de los tiempos, no esperen un nuevo evangelio, solo obtendrían confusión. No sirvan a los mensajes, sirvan a los hombres que los promulgan, no se sirvan del hombre, sirvan a los hombres, no sirvan a la discordia, no sirvan a la desconfianza, no se sirvan de mis mensajeros. Sírvanse de la fuente de vida en la Eucaristía, sírvanse de los sacramentos instituidos por Mí en la Iglesia. Cobíjense en el Manto de mi Madre y lo demás déjenlo en mis manos. Confíen plenamente en Aquel que envía, no en lo enviado. Queden en mi paz.
Amén.

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